Tras la viralización de un video en el que una persona rompía un grifo en la comuna de Las Condes, tanto Aguas Andinas como la municipalidad anunciaron que tomarán acciones legales ante el hecho, que según destacó la empresa sanitaria, por medio de un comunicado, “es constitutivo de delito”.

Tras la viralización de un video en el que una persona rompía un grifo en la comuna de Las Condes, tanto Aguas Andinas como la municipalidad anunciaron que tomarán acciones legales ante el hecho, que según destacó la empresa sanitaria, por medio de un comunicado, “es constitutivo de delito”. En el registro viralizado, se pudo apreciar cómo un sujeto arrojó en dos ocasiones una roca de gran tamaño, lo que terminó por romper el objeto en la vía pública y provocando que una gran cantidad de agua saliera expulsada del sitio. Al respecto, el subgerente de Aguas Andinas, Jaime Avello declaró que acciones como esta “ponen en riesgo las maniobras de emergencia frente a un siniestro como incendio y, adicionalmente, ocasionan una enorme pérdida del recurso en medio del contexto de profunda escasez hídrica que afecta a la zona centro del país”. En materia de costos, según señalan desde Aguas Andinas, quienes son los responsables de reponer el bien dañado, la vandalización del elemento tiene un costo superior al millón de pesos, lo que considera el grifo, la mano de obra y los materiales. Además, se advierte que una unidad abierta entrega 50mts3 x hora de agua, lo que equivale el consumo de dos casas al mes. Sin embargo, los daños también repercuten a todos los ciudadanos del sector en que se ven afectados cuando esto ocurre. En Santiago, al menos hasta 2013, se contabilizaban cerca de 22.243 grifos contra incendios. Estos elementos constituyen un bien fundamental en la protección de la vida y los bienes de todos los ciudadanos, dado que, su finalidad última, es suministrar un elemento indispensable para combatir las llamas en caso de un siniestro: el agua. Este recurso, del que los últimos años se ha alertado su falta extrema, se transformado en una preocupación presente y futura. Así, a fines del año 2020, 184 municipios fueron declarados con falta de extrema de agua, concentrado cerca de un 47% de la población, la que se encuentra repartida entre Atacama y Los Lagos, lo que conlleva que ocho millones 250 mil personas vivan con racionamiento. A estos efectos se suma el hecho de que 2021 cerró como uno de los años más secos en la historia de nuestro país, registrando un déficit de precipitaciones de un 50% en reducción en el agua de embalses y una significa disminución de los caudales en los principales ríos.